¿Fumar o vaporizar? Esa es la cuestión
Mucha gente cree aún, también los enfermos que lo necesitan, que fumar cannabis es malo para la salud. Tantos años de estigma y discriminación han creado una imagen muy negativa de las consecuencias de fumar cannabis. Es cierto que dependiendo de la cantidad y el tipo de fumado los riesgos aumentan, pero ¿cuánto?
El problema no está en el uso de la sustancia sino más bien en el abuso de ella. Como con el resto de drogas sólo el 10% de los consumidores de cannabis presentarán un consumo problemático. No así el 90% restante que lo tomará de manera responsable asumiendo los riesgos derivados de utilizar la sustancia.
Para este post hemos contado con la colaboración de Albert Estrada, doctor que puedes consultar si necesitas asesoramiento médico y que trabaja en varias asociaciones ofreciendo charlas sobre prevención de riesgos y reducción de dańos.
¿Cuál es la percepción del riesgo que uno mismo tiene sobre las actividades que realiza? Qué tiene más probabilidades de sufrir un accidente fatal, ¿saltar en paracaídas, hacer alpinismo o fumarse un porro cada día? Evidentemente las dos primeras tienen mucho más riesgo de morir o sufrir un accidente fatal pero si en vez de fumar un porro lo que fumas son cinco, evidentemente los riesgos a largo plazo aumentan al igual que los posibles dańos a tu salud.
¿Cuánto riesgo de sufrir una enfermedad tengo?
Conocer el nivel de deterioro pulmonar a través de las pruebas de la sanidad pública es complicado. Si cualquier fumador quisiera conocer el estado actual de sus pulmones, lo único que podría hacer es una espirometría. Una prueba de eficacia pulmonar para tomar y liberar aire que más allá de medir la capacidad de tus pulmones nunca te revelará la cantidad de dańos que tienes o te dirá la capacidad de aguante de tus órganos antes de desarrollar la enfermedad.
No es lo mismo que fumes 3 porros al dia que 10. Cada persona tiene un nivel de tolerancia diferente y cada cuerpo reacciona distinto. Cuando se fuma vía quemada y acto seguido se inhala su humo, principalmente debido la combustión se desprenden las sustancias activas que son absorbidas por el cuerpo a través de los pulmones.
Se sabe que el humo del cannabis contiene muchos de los mismos compuestos presentes en el humo del tabaco y fumado a combustión es igual de malo o puede que incluso más, en el peor de los casos hasta 4 veces, dependiendo de la forma en la que el humo entre en los pulmones.
La mayoría de los fumadores tienden a pensar que pegar unas fuertes caladas y retener el humo el mayor tiempo posible es la forma más apropiada de absorber los principios activos del cannabis. Pero esa suposición no es cierta.
La absorción completa y correcta de todos los cannabinoides se produce en cuestión de milisegundos desde la llegada del humo a los pulmones. Debe llenar dos tercios de la capacidad pulmonar y dejar el tercio restante de aire limpio para que éste empuje y promueva la absorción completa de los productos químicos de la planta. A continuación, se debe expulsar el humo y tomar una respiración profunda de aire limpio en su lugar. Posteriormente esperar unos segundos antes de tomar otra bocanada de humo de la misma manera.
Debido a que el THC y otros cannabinoides son absorbidos en el cuerpo sólo instantes después de pasar por la entrada de la tráquea, no tiene sentido retener por más tiempo el humo en nuestros pulmones si nuestro objetivo es absorber los cannabinoides.
En estudios que han investigado los efectos del humo del cannabis, se ha descubierto que puede causar inflamación y daño en las membranas mucosas de los pulmones, así como síntomas relacionados, como por ejemplo tos, aumento de la producción de flema y sibilancias, todos síntomas que también se encuentran en los fumadores de tabaco. No nos vamos a extender en hablar de las diferencias entre fumar cannabis, tabaco o mezclados, polémica que ha separado durante años ambos tipos de fumadores. Vamos a poner el foco en la forma de consumirlo, la combustión (humo) que es lo que los hace igualmente de dañinos para nuestra salud.
Algo que se preguntan todos los fumadores, tanto los de marihuana cómo los de tabaco, es: ¿qué diferencia hay entre vaporizar y fumar? Aunque la forma es semejante, son dos cosas muy distintas.
Anatomía del humo
Al quemar un porro de marihuana se crean más de 4.000 compuestos químicos, de los que 60 son cancerígenos. Cuando se quema el cannabis, se destruyen muchos de los cannabinoides de la planta por el calor. El humo generado por la combustión del cannabis contiene un 88 por ciento de materia no cannabinoide. Como consecuencia de la quema, el humo está lleno de monóxido de carbono, alquitrán y muchas otras sustancias tóxicas que se producen en el proceso. El monóxido de carbono, por ejemplo, no se encuentra en el cannabis, pero al quemar la hierba, aparece el gas. Esto se puede aplicar a otros muchos productos tóxicos encontrados en el humo, como los HAP y el alquitrán.
Si la mezcla es con tabaco, aumentará la adicción y la dependencia psicológica. En el humo de los cigarrillos se encuentran sustancias radioactivas y carcinógenos como son el arsénico, el benceno, el cadmio y el plomo.
Nicotina
Cuando a un porro se le añade tabaco también se le añade nicotina. Cada cigarrillo contiene entre 1-2 mg de nicotina y una dosis de entre 40-60 mg causaría la muerte por paro respiratorio. Ésta es la responsable de la dependencia física y del síndrome de abstinencia. Con lo que si solo fumas marihuana será un factor negativo menos cara a la adicción. Además la nicotina incrementa:
– Tensión arterial.
– Frecuencia cardíaca.
– Glucemia.
– Peristaltismo.
Monóxido de carbono
Producto de la combustión del tabaco y el papel. Se engancha a la hemoglobina substituyendo al oxígeno. Necesita 4-6 horas para desaparecer de la sangre.
Area urbana: 9-15 con picos de 30-60 ppm
Aparcamiento ventilado: 50-150 ppm
Grandes ciudades con tráfico, ausencia de viento, etc…: hasta 400 ppm
El humo, es una suspensión de partículas en una mezcla de gases y vapores. Las partículas tienen un gradiente de tamaños, las hay más grandes y más pequeñas, cuanto más pequeñas, llegan a penetrar a más profundidad en los pulmones, las más grandes se quedan más hacia fuera. Los gases, especialmente el monoxido de carbono tambien resultan perjudiciales, el monoxido se une a los globulos rojos dificultando el transporte de oxígeno.
Sustancias irritantes
– Cianuro de hidrógeno.
– Amoníaco.
– Acetona.
– Fenoles.
Responsables de EPOC, bronquitis crónica y enfisema pulmonar. Excesiva producción de moco lo que se traduce en tos y parálisis de las células ciliadas que provoca una disminución de la capacidad pulmonar, un incremento de infecciones e insuficiencia respiratoria irreversible.
Agentes cancerígenos
– Alquitranes: hidrocarburos, benceno y compuestos inorgánicos.
– Arsénico.
– Formaldehído.
– Polonio 210: de los fosfatos usados al fulminar. 20 cigarros al día = 100R x año.
– Cadmio: Se mantiene 70 años en el cuerpo.
– Níquel.
– Nitrosamina.
No es el cancer de pulmón el único problema de salud:
– Laringe.
– Cavidad oral.
– Vejiga.
– Esófago.
– Estómago.
– Páncreas.
– Colorrectal.
– Riñón.
– Pene.
Aditivos
– Amonio: Alcaliniza el ph y hace mas veloz la absorción de nicotina.
– Azúcar: 3%. Combustión -> Acetaldehido. Aumenta la adicción.
– Cacao: Teobromina, broncodilatador.
– Piridina: Depresor del SNC. Adictiva.
– Chocolate y miel: Sabor.
– Menta: Adormece la garganta.
– Regaliz: Sabor y broncodilatador.
3 grandes males
– Accidente vascular.
– Cáncer.
– EPOC.
3 niveles de riesgo
Cada vez que fumas te quitas un número indeterminado de tiempo de tu vida. Como el dańo pulmonar es progresivo y el cáncer no avisa, lo mejor para la salud será prevenir los riesgos e intentar dańar nuestros pulmones lo mínimo posible.
¿Quieres reducir el riesgo o incluso eliminarlo a la hora de fumar? A continuación hemos elaborado tres tipos de riesgo de daño pulmonar en función del tipo de fumado. No todo se reduce al «colocon», los fumadores habituales a parte de disfrutar del placer también se precupan por su salud y cómo evidentemente muchos de ellos no van a dejar de fumar, por lo menos sería deseable poder minimizar los riesgos. Si sabes cómo fumas, sabrás a lo que te arriesgas.
Riesgo alto: FUMADO con boquilla de cartón
La forma más común para consumir marihuana es fumarla con boquilla de cartón y sin filtro. Fumarla así sin duda es perjudicial para los pulmones, ya sea sola o mezclada con tabaco. Si consumes marihuana por tu condición médicinal o eres un usuario muy preocupado en no dańar ni lo más mínimo tu salud, la opción fumada con boquilla de cartón debería ser la última de ellas.
Cuando se fuma un porro o pipa la mayoría de los gases quemados del humo contienen elementos no-cannabinoides, los cuales no te producen ningún beneficio y te proporcionan riesgos potenciales para la salud.
Si para ti fumar con boquilla de cartón es de ley, evita retener el humo en los pulmones, da caladas pequeñas y expulsa el humo lo más rápido posible. Los cannabinoides se absorberán en milisegundos.
Riesgo medio: FUMADO con filtros o Jilters
Los Jilter son unos filtros de cartón y esponja de algodón que se ajustan a las boquillas de cartón. Son como los de los cigarrillos convencionales pero de diámetro menor. No filtran, o no del todo, el paso del THC que pasa en buena parte a través de ellos y captan parte de la nicotina y del alquitrán ayudando a proteger nuestros pulmones.
No quiero colocarme más, quiero fumar mejor. El filtro retiene un 10% de THC y vale la pena perder ese 10% y mantener mejor la salud. Se nota bastante a la hora de fumar y la garganta lo agradece. Los daños provocados a la garganta y/o pulmones, con filtro disminuyen considerablemente, sobretodo en consumidores habituales.
También hay un filtro Tune de carbón activado. Una gran parte de los alquitranes perjudiciales en el humo se adhiere al carbón. Esto hace un humo agradable y suave que no afecta a la calidad de los aromas y sabores. Reduce considerablemente la cantidad de alquitrán que llega a sus pulmones y suavizan el humo de las mezclas. Se pueden usar directamente con el papel de liar o como recambio para las pipas Tune.
Riesgo 0: VAPORIZADO 100% Buenos Humos
Los vaporizadores se están volviendo cada vez más populares entre los usuarios de marihuana ya que son el mejor sistema para evitar la combustión vegetal. El vapor no es humo. Cuando se vaporiza el cannabis, éste se calienta exactamente hasta el punto en el que los cannabinoides cambian su estado de resina sólida a partículas gaseosas mientras que en la combustión el humo es un conjunto de partículas muy pequeñas que están suspendidas en aire.
En el vapor ya que no se quema nada, no se crea ningún producto tóxico y proporciona una experiencia más pura y eficiente. El vapor de cannabis está compuesto por un 95 por ciento de cannabinoides, siendo el 5 por ciento restante flavonoides y un solo hidrocarburo policíclico aromático.
Los vaporizadores producen un efecto más limpio, siendo recomendables para usos medicinales.
Temperaturas de vaporización según el efecto deseado
Es importante encontrar un vaporizador que permita una configuración para ajustar el control de la temperatura, de modo que se pueda ajustar de manera personalizada. La razón es que se puedan recibir los diferentes efectos de la misma variedad de marihuana pero en función de la temperatura.
Según el efecto que estemos buscando, variarán un poco los rangos de temperatura. Dividiremos en temperatura baja (que rondara los 170 grados), temperatura media (que será próxima a los 190 grados) y temperatura alta (que rondará los 210 grados centígrados).
Temperatura Baja. 170ºC
Cuando el rango de temperatura al vaporizar oscila entre 150º y 175º, el cannabinoide vaporizado principalmente será el THC.
Esta será a la temperatura que comenzaremos a vaporizar ya que extraeremos todos los terpenos sin vaporizarlos en exceso, obteniendo de esta forma un gran sabor, pese a que la densidad del vapor sea menor. La vaporización a una temperatura baja es una gran forma de conseguir el mejor sabor posible.
Efecto estimulante: Son muchos los vaporetas, los que especialmente durante el día, quieren tener el efecto energizante de sus hierbas, para ello utilizaremos temperaturas bajas, llegando como máximo a 180ºC , De esta manera solo vaporicemos el THC y los cannabinoides más estimulantes y excitantes. Incluso si probamos la misma temperatura con otras variedades las hierbas más indicas, nos proporcionarán un efecto más típico de las sativas.
Temperatura Media. 190ºC
El principal cannabinoide que quedará presente en nuestras hierbas será el CBD, uno de los cannabinoides más preciados ya que tiene propiedades ansiolíticas, analgésicas,
antipsicóticas, antiinflamatorias, antioxidantes… Se emplea también para combatir los síntomas de multitud de enfermedades como la fibromialgia, miopatías, problemas estomacales…
Efecto mixto: Son muchas las ocasiones, en las que los consumidores de cannabis, quieren «colocarse» ya sea con un fin lúdico o medicinal, pero sin experimentar grandes subidas o bajadas, para ello utilizaremos temperaturas que oscilen entre 170º y 190ºC. De esta manera, aunque extraigamos los cannabinoides con efecto más sativo, también vaporizaremos parte del los cannbinoides más índicos, controlando así el efecto. Estas temperaturas son las más usadas sobre todo por los consumidores medicinales.
Temperatura alta: 210ºC»
La vaporización a una temperatura alta es una buena manera de conseguir los fuertes efectos inmediatos de la marihuana. Si lo que se busca es ese efecto fuerte, se debe optar por temperaturas entre 190 y 230. Hay que asegurarse mantenerla por debajo de los 240º o bien la marihuana comenzará a arder.
Efecto sedante: Esta temperatura tendrá dos funciones muy importantes, por un lado nos servirá para terminar el proceso de vaporización progresiva y por otro será la idónea para vaporizar extracciones y resinas, ya que estas necesitan ser vaporizadas a temperaturas superiores a las usadas para las hierbas. Cuando el efecto buscado sea lo más sedante posible, además de utilizar variedades especificas para ello, podemos dar una primera pasada por el vaporizador a nuestras hierbas a una temperatura inferior a 170ºC sin inhalar ese vapor. Así, una vez hayamos vaporizado la mayoría del THC (entre otros cannabinoides) podremos dar otra pasada para extraer el CBD (que es el cannabinoide que nos proporcionará el efecto sedante).
Con esta temperatura conseguiremos llegar a una relajación progresiva, gracias a que en nuestras esencias tan sólo quedan presentes los cannabinoides con efecto más narcótico, para así terminar con una relajación total.
Beneficios de vaporizar
Evidentemente, la vaporización es mucho mejor para la salud, ya que no se inhalan ninguna de las sustancias nocivas que se encuentra en el humo. Esto significa que los que vaporizan tienen menos riesgo de padecer enfermedades relacionadas con el fumar, respiran con más facilidad, tosen menos y están más sanos en general. Al no destruirse los cannabinoides con un vaporizador, se necesita mucha menos marihuana para llegar al mismo nivel, y por consiguiente se ahorra dinero.
El humo del cannabis es muy fácil de identificar desde lejos, e incluso después de fumar un porro, la gente puede olerlo en tu persona. Como el vapor de cannabis no contiene alquitrán, no se queda ni permanece en el ambiente de la misma manera. El vapor se dispersa mucho más rápido y no tiene un olor tan fuerte. Esto significa que el olor es muy poco, en el sentido de que no permanece en el ambiente, y nadie, fuera de tu proximidad inmediata, lo podrá oler.
Próximamente os hablaremos de los tipos de vaporizadores que hay en una segunda entrega sobre las ventajas de vaporizar respecto a fumar.
Por Uri Bosch fundador de Smoking Map el mapa de los Buenos Humos.
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Estoy interesado, supongo que no soy el único, en poder hacer e_liquid de thc o cbd para vapear.
Podríais publicar una receta?
Les agradezco mucho por este proyecto!
Tomamos nota e intentaremos presentarla en uno de nuestros próximos consultorios online https://www.eventbrite.es/e/entradas-consultorio-online-gratuito-de-cannabis-medicinal-112245320776 y la incluiremos en nuestro recetario de preparados 😉 gracias por la recomendación.