La actitud del profesional sanitario frente al consumidor de cannabis
Las drogas ilegales están ahí. Si bien el profesional sanitario es consciente de ello, muchas veces, en la obligada recogida de datos proporcionados por el paciente, el consumo de estas sustancias perturba al médico o enfermero más incluso que el de otras drogas legales, a pesar de que son estas últimas las causan mayores problemas sanitarios ¿Por dónde éste debe empezar?
La persona que toma drogas, y el cannabis no deja de ser la droga ilegal más extendida, está interesada, al igual que cualquier otro individuo que realiza una actividad arriesgada, en proteger al máximo su salud. Sin embargo, la mayoría de pacientes sienten recelo a la hora de apoyarse en los conocimientos de aquellos profesionales que deberían ser capaces de ayudarle íntegramente. El miedo a ser regañados o juzgados negativamente, priva a los sanitarios de realizar la misma promoción y prevención de la salud que competentemente desarrollan con hipertensos o diabéticos. Y ese el primer punto que deberíamos tener en cuenta: debemos dar un punto de vista sanitario, no moral, considerando el consumo como otra actividad cualquiera en la que hay riesgos sobre los que tenemos que asesorar profesionalmente.
En nuestro trabajo, la herramienta fundamental para detectar problemas en el consumo de cannabis será la entrevista y recogida de datos. Contemplar al paciente de la manera más íntegra posible nos permitirá dar abordar el consumo transmitiendo la información individualizada más útil posible. Para ello, la actitud durante esa entrevista resultará clave, siendo primordial el crear un clima de confianza y confidencialidad, evitando hacer juicios morales y entendiendo las características personales de cada persona a la hora de dar consejos objetivos. Hay que comprender que el paciente debe vernos como un referente en el cual puede confiar, por lo que el respeto a su autonomía y la potenciación de su colaboración deben ser siempre una prioridad.
Pese a que no cabe duda que la abstinencia es la mejor barrera contra los riesgos derivados del uso de cannabis, aquellos consumidores que acudan a nuestro servicio con la idea de proseguir esta actividad deben ser asesorados para que sea realizada de la manera más responsable posible, empoderándole con los conceptos que hagan de su consumo lo más placentero y menos peligroso posible.
El tipo de consumo determinará el consejo a seguir ¿Se trata de un consumo esporádico de carácter recreativo? Tal vez debamos incidir en que la experiencia resultará más placentera si se espacian los tiempos de consumo y si ésta es una excepción a la rutina cotidiana y no una costumbre ¿Es un consumo habitual? Quizá habría que pactar procurar hacerlo en la medida en que las obligaciones laborales, familiares y estudiantiles no se vean afectadas negativamente o recomendar periódicamente algún descanso para observar si hay cambios notables ¿Es el insomnio, la ansiedad u otro factor el que despierta la apetencia a consumir? Es posible que esas causas subyacentes pueden ser resueltas de otra forma más satisfactoria para el paciente ¿Está el consumidor asustado por los malos viajes que le achacan últimamente? Podríamos explorar si ha habido determinados cambios en su vida personal que lo provoquen o recomendar un entorno tranquilo, relajado y en donde pueda realizar la ingesta de líquidos o sólidos con azúcar cuando despierten en él esas sensaciones.
Los consejos deberán ser, pues, personalizados, dando información veraz y conociendo los recursos sanitarios alternativos de los que puede hacer uso el paciente de presentarse problemas que requieran otro tipo de atenciones. Para ello, no dejaría de ser recomendable que los profesionales sanitarios desarrollen una formación específica que trate el cannabis de manera completa.
En conclusión, el respeto a la libertad para consumir drogas va ligado a la responsabilidad de cada persona que asume los riesgos derivados de utilizar estas sustancias, el papel de los profesionales sanitarios irá ligado a convertirse en un aliado que potencie esa responsabilidad, dando información veraz y libre de juicios morales, aportando además aquellos recursos sanitarios alternativos de los que puede hacer uso el paciente de presentarse problemas que requieran otro tipo de atenciones.
Libertad y buenos humos
Jose María Escorihuela Sanz. Estudiante de enfermería y activista.
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