Peligros en la calidad del cannabis como consecuencia del mercado negro
Comprar cannabis en el mercado negro y sin control sanitario conlleva toda una serie de riesgos que afectan directamente a la calidad de la sustancia. La no profesionalización de quién cultiva, que en muchos casos su principal motivación es el lucro, antepone maximizar el beneficio económico a la salud de las personas consumidoras. En el mercado negro nadie se responsabiliza y la prohibición genera toda una falta de normas y supervisión en la calidad del cannabis como podremos ver en las diferentes investigaciones comentadas en este artículo.
Este artículo ha sido escrito a raíz de la pregunta de una madre en el consultorio online preocupada por la salud de su hijo que compraba en el mercado negro. La doctora Sarah Chinelo expuso los problemas de salud desde un punto de vista médico y basado en la evidencia científica de casos de personas que han sufrido estas consecuencias.
El primer estudio, realizado en 2018 por el British Journal of Clinical Pharmacology hablaba sobre los contaminantes que se encontraron en el cannabis. Varios tipos de contaminantes, como pesticidas, microbios y metales pesados que podrían tener todo tipo de productos de cannabis que se encuentran en el mercado negro. Este tipo de contaminantes tienen un efecto nocivo en nuestra salud. Pueden provocar cáncer, afectar al aparato reproductor e impactar negativamente en el desarrollo humano. Factores que hemos de tener en cuenta para todo el mundo pero particularmente cuando se usa en pacientes que tienen su salud comprometida.
Hay todo tipo de pesticidas que se pueden utilizar en el cultivo de cannabis, lo ideal es que sean orgánicos o ecológicos, pero muchas veces se utilizan pesticidas que son perjudiciales para nuestra salud debido a la falta de unas normas claras sobre qué tipo de pesticidas son aptos para el cannabis en consumo humano, ya sea ingerido o inhalado. Si no hay ningún tipo de normativa, los cultivadores en muchos casos utilizan pesticidas que maximizan la producción y eliminan molestias en el cultivo en detrimento de la salud de los consumidores.
En el siguiente estudio, realizado por Ethan Russo en 2016, hablaban sobre los diferentes tipos de pesticidas que se encontraron en el cannabis de Estados Unidos, en el estado de Whashington. Hicieron un análisis y encontraron que un 84% de las muestras de cannabis contenían pesticidas como insecticidas, fungicidas y herbicidas; la mayoría de ellos conocidos por ser cancerígenos. También encontraron en las muestras de cannabis analizadas que contenían disruptores endocrinos. Sustancias químicas capaces de alterar el equilibrio hormonal pudiendo provocar diferentes efectos adversos como los fibromas y otras problemas sobre la salud de las personas, animales o de sus descendientes.
Microbios, bacterias y hongos se producen en el cannabis por una falta del adecuado almacenamiento y procesado. La contaminación por microorganismos dependerá principalmente de cómo, cuándo y dónde se cultiven las plantas, siendo importantes las condiciones de humedad y los controles de higiene. Los patógenos detectados en cannabis incluyen Enterobacter, Streptococcus, Klebsiella y Salmonella. Al igual que algunos mohos que pueden sobrevivir, incluso en el humo que emiten los cigarros de cannabis.
Es de especial relevancia el control microbiológico, ya que a pesar de que las infecciones pueden ser pocas, se han detectado casos de consumidores inmunocomprometidos que han desarrollado infecciones fúngicas pulmonares. Como evidencia de ello, en 2018 una empresa americana de cultivo y distribución de productos de cannabis, retiró voluntariamente lotes del mercado por preocupaciones de contaminación de mohos y hongos. Y los mismos protocolos de seguridad se deberían aplicar en cualquier asociación cannábica.
En cuanto a los metales pesados, hay 3 vías principalmente de cómo éstos pueden contaminar el cannabis.
1- La primera vía es por los sustratos, el tipo de tierra en la que se cultiva. El cannabis es una planta bioacumuladora, lo que significa que absorbe fácilmente metales pesados del suelo. Los cultivadores en el mercado negro muchas veces no utilizan materiales de primera calidad que son más caros, como por ejemplo los productos de Advanced Nutrients y otras marcas, ni se sabe qué tipo de sustratos o fertilizantes utilizan y esta suele ser una de las vías de contaminación del cannabis más usuales.
2- La segunda vía es por contaminación durante el proceso de secado. Durante este proceso, se puede contaminar con metales pesados por los materiales que se utilicen en en el recinto que se almacenan las flores.
3- La tercera vía es por adulteración. En el mercado negro donde lo que se pretende es conseguir el máximo beneficio económico, algunas personas añaden metales pesados en sus flores para que pesen más. El kilo de cannabis de mediana calidad suele estar aproximadamente por los 3€ el gramo. Así añadiendo por ejemplo plomo a 20 Kg de un un cultivo pues se podría maximizar los beneficios. Por lo que en el caso de comprar en el mercado (también asociaciones que realizan compras mancomunadas), es muy recomendable realizar este tipo de análisis de laboratorio para asegurarnos que están libres de metales pesados y otros contaminantes.
El siguiente estudio realizado en Alemania en 2008, hablaba sobre intoxicación por plomo en personas consumidoras de cannabis que compraron en el mercado negro. Concretamente en la ciudad de Leipzig. Todos eran jóvenes y habían consumido cannabis procedente de la misma fuente. Quizás se trataba de un mismo vendedor o varios de ellos que a la vez la compraban a la misma fuente, que la adulteraba añadiéndole plomo para aumentar el peso. Por este motivo es que el modelo sin ánimo de lucro y los clubes sociales de cannabis comprometidos con la salud de sus socios es tan importante cuando hablamos de consumo de drogas. El cannabis suele consumirse muy frecuentemente y como centros de reducción de riesgos y daños deben tener un ajustado equilibrio y priorizar la salud de las personas a las ganancias económicas.
Por último, un estudio realizado en España realizado en 2019 sobre el hachís que se consume en Madrid, analizaron 90 muestras y un 88% de ellas contenía restos fecales. El hachís que se compra en la calle proviene casi siempre del menudeo y es fácil que haya sido ingerido en origen y, una vez en España, expulsado por el aparato excretor. El nivel de impureza está, además, relacionado con la forma en que se prepara la droga para su tráfico. Están más contaminadas las muestras en bellota que las de tabletas o lingotes. El 93% de las muestras de bellotas analizadas contenía la bacteria E. coli (Escherichia coli), presente en el aparato digestivo de los mamíferos y que sí es un indicativo de contaminación fecal. El segundo factor contaminante examinado fue el hongo Aspergillus, presente en el 10% de las muestras. Alguna de esas 90 muestras analizadas superaban hasta 500 veces el límite de sustancias no aptas para su consumo.
La mayoría de estos problemas de salud pública acabarían si reguláramos la producción y distribución del cannabis. Normas en la producción de la planta, sustratos, el proceso de secado, manipulación y análisis de laboratorio que aseguren la calidad en los productos y flores de cannabis.
Mientras tanto el lugar más seguro donde se garantiza esta calidad son las asociaciones de cannabis que realizan análisis y donde un@ puede preguntar cómo se ha cultivado y qué productos se han utilizado. Las asociaciones son responsables de la salud de los socios pues es un aspecto diferencial al mercado negro. Pero todavía hay asociaciones que compran en el mercado negro sin hacer análisis, por eso es tan importante la regulación, para terminar no solo con estos problemas sino también con el estigma social y criminalización de consumidores, problemas derivados de la prohibición y de las malas prácticas de un mercado desregularizado.
Suscríbete al newsletter
Recibe en tu correo todas las novedades de los doctores, del mapa de asociaciones, nuestras próximas actividades y fechas de los próximos consultorios.